De la finca a tu taza

Detrás de la locura y pasión por el café, hay una gran filosofía que cabe en cuatro palabras: producción, cosecha, torrefacción y preparación.


Producción
La genética de las matas, la temperatura y altitud de las regiones que las vieron crecer y los suelo volcánicos de Colombia son las primeras condiciones de la calidad y reputación de nuestro café "suave”. Además su diversidad, como la de orquídeas y pájaros de Colombia, es una de las más amplias en el mundo.


Cosecha
Por su geografía montañosa, la industrialización del proceso de cosecha no se dio en Colombia y seguimos privilegiando lo artesanal, a mano y grano por grano. Lo mismo sucede con la fermentación y el secado en micro y nano-lotes, cuidados con la sabiduría heredada de generación en generación.

Torrefacción
Al igual que en la elaboración del vino, cuando la uva todavía no es vino, el grano secado tampoco es el café que tomamos. Por eso el paso en el cual se revelan los principios aromáticos que no existían previamente, es el paso más personal y creativo del proceso: la torrefacción o tueste del café.


Preparación
La molienda perfecta del grano tostado depende de los métodos y técnicas usadas: cuanto más rápido y más presión, más fina será la molienda, como en el caso del café espresso. En cambio, los filtrados que toman su tiempo para extraer los aromas, pueden usar una molienda más gruesa.

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Travesía internacional

 

Toda esa pasión del camino cafetero trasciende fronteras: llevamos una probadita de Colombia para el mundo. Ahora, además de envíos locales y nacionales, tenemos envíos internacionales a Estados Unidos y Canadá

 

 

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